Colombia y el racismo

En el siglo XXI, se creería que la manifestaciones de racismo son historia, debido que la mayoría de colombianos somo el resultado del mestizaje, el cual se originó desde la época de la Conquista. en concordancia con lo anterior, la Constitución Política de 199, proclamó los derechos de una nación pluralista y libre. El censo publicado por el DANE indica que el 10.6 % de la población en Colombia es afrodescendiente, el 3.4 % indígena y el 0.01 % gitana. El 85 % restante es de naturaleza mestiza.

Fuente: https://panoramacultural.com.co/patrimonio/5826/luces-sobre-la-riqueza-ling%C3%BCistica-de-colombia

En común escuchar que en Colombia ser negro es ser muy de malas, afirmación que se ha convertido en chistes y refranes, inclusive hasta humoristas basan su humor en el color de su piel negra o hacen alusiones en términos vulgares y ofensivos al pueblo afrodescendiente.

Un ejemplo claro de humor, donde el tema central era un soldado de piel negra, es el personaje interpretado por el humorista Roberto Lozano (el soldado micolta), quien voluntariamente decidió en sus presentaciones no salir más con la cara pintada de negro, con el fin de no generar ninguna agresión al pueblo afrodescendiente, mediante términos discriminatorios y de ridiculización.

Fuente: https://www.elcolombiano.com/entretenimiento/television/el-soldado-micolta-no-se-acaba-EC3037547

Es evidente que gran parte de la población colombiana, es sumergidos en el desconocimiento de sus raíces ancestrales por causa principalmente por los sistemas políticos y religiosos que han manejado el país desde la época de la independencia. En sus discursos ideológicos promulgan los derechos humanos y amor de Dios, pero estos buenos gestos han sido artimañas para sostenerse en el poder durante décadas, trayendo como consecuencia el olvido de varias regiones de Colombia, como por ejemplo la costa pacífica, donde se encuentran asentadas la mayor población afrodescendiente.

Pero la pregunta clave de ¿quién es la culpa?. La causa principal de la falta de sentido de pertenencia de nuestras raíces y tradiciones, es la falta de cobertura de educación, principalmente en las regiones más alejadas de Colombia. Aunque en los últimos años el gobierno colombiano ha aumentando la cobertura educativa en departamentos como el Chocó, Amazonas, Guainía, Guaviare, etc., la oportunidad de que los jóvenes puedan cursar una carrera técnica, tecnológica y universitaria, es baja, debido altos costos de matrículas o sostenimiento al desplazarse a otras regiones. 

Con base en lo anterior se podría decir, que los sistemas políticos que gobiernan el país, miran encima del hombro al pueblo afrodescendiente e indígena, porque la mayoría de recursos económicos están concentrados en la región andina, situación que se podría considerar como un sentimiento egoísta y racista. Adicionalmente en las regiones que son consideradas olvidadas por el gobierno, se ha permeado la corrupción, situación que ha incrementado la ilegalidad,  violencia y pobreza extrema.

Por último, otra de las causas del sentimiento racista de muchos colombianos, es la influencia religiosa, que no está fundamentada en el amor y la espiritualidad, sino en tradiciones religiosas, donde promulgan un Dios de ojos azules y piel blanca en alusión a la pureza, considerando a las personas del piel negra e indígena como incivilizados y de tradiciones paganas. Este pensamiento en Colombia es muy arraigado y al parecer va en aumento, porque en los últimos años varias iglesias denominadas cristianas se han politizado, y su objetivo principal es la evangelización fundamentada en la religiosidad y la utilidad, sembrando en sus manifestaciones el miedo al infierno y la mala suerte, sino aceptan las enseñanzas y tradiciones.

Con lo anterior, no estoy en contra del cristianismo, porque es mi creencia, sino en las regulares enseñanzas de muchos líderes, que han desviado el propósito fundamental de la evangelización, y por lo tanto han sembrado disensiones entre la población colombiana e incrementado aún más el sentimiento de discriminación.